lunes, 13 de junio de 2011

El Tren ...


    Las estrellas parecían estar en busca y captura, ni rastro de ellas. Entre rayos y truenos, el conjuro de aquel oscuro cielo con las negras nubes que lo envolvían, iba desatándose … Las gotas de lluvia comenzaban a escapar de las alturas y durante su huida, el viento las manejaba a su antojo con agresividad. Un ruido ensordecedor castigó mi cabeza y mis ojos se vieron atacados por una intensa luz cegadora.
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    No sabía como había llegado hasta allí. Miré a mi alrededor y aquel paisaje incrementó mi desconcierto. No podía entender como había acabado en aquél lugar. Unas vías de tren que aparentaban abandonadas era el paraje que me acogía. Pensé que soñaba pero no recordaba haberme metido en la cama. Me pellizqué, grité … pero la situación no cambió. Después barajé la posibilidad de que hubiera podido salir de fiesta y tomara voluntaria o involuntariamente alguna sustancia que me hiciera padecer aquello que parecía una alucinación pero tampoco recordaba haber salido, en realidad, no podía acordarme de nada.
    Estaba sentada en mitad de las vías rodeada de botellines hechos añicos de cerveza esparcidos en varios metros a mi alrededor. Me eché las manas a la cabeza, asustada y temiendo la soledad de un lugar que no reconocía y que parecía pertenecer a otro mundo. Una antigua máquina acompañada de viejos vagones me miraba desafiante a unos metros de mi.
    Quise levantarme intimidada por aquella imagen, pero mis extremidades no me siguieron. No sentía dolor, mi cuerpo no parecía estar en malas condiciones, pero no podía moverme. Oteé el entorno estirando mi cabeza y mi mente gritó de terror. Solo las vías, aquel tren y un metro más allá … el vacío. Comprendí entonces que mi única salida moraba en aquellos raíles ¿pero cómo?. La máquina que posaba a unos metros de mí lucía destartalada y desvencijada. Podía quedarme a esperar la llegada de otro tren o iniciar mi camino a pie por entre las vías pero para ello, debía recuperar mi movilidad.
    Intenté de nuevo levantarme para caminar entre las piedras y los raíles. Las lágrimas invadieron mi alma. Estaba perdida, desconcertada y dominada por el temor de no saber ni donde estaba, ni que sucedería después y por supuesto, por la angustia que me provocaba no poder moverme…..¿volvería alguna vez a mi casa, a mi vida cotidiana?¿volvería a ver a los míos?.
    Los focos de aquella máquina abandonada se encendieron y un sonido estridente se escapó de sus entrañas. El terror me inundó cuando comprobé que se ponía en marcha. Ante mi estado de inmovilidad estaba claro que aquél desvencijado monstruo iba a arrollarme. Comencé a gritar desesperadamente pero no sirvió de nada, la muerte se aproximaba surcando los raíles. Ya no cabía lugar a ningún atisbo de esperanza, el fin, mi fin, era inminente. Cerré los ojos en espera del mortal instante …
    Cuando mis párpados volvieron a levantarse, comprobé que me encontraba dentro de uno de los vagones de aquel tren. Un personaje misterioso me tenía agarrada con sus manos sujetando mis brazos. Me obligó a mirarle a los ojos y en aquel mismo momento sentí como su mirada penetraba en mis pupilas viajando hasta mi mente. Una punzada de dolor intenso agredió a mi cabeza, después sentí desfallecer con un angustioso mareo. Aquel hombre que había entrado a escrudiñar mi mente con un gesto de duda en su rostro me dio un empujón de energía sobrenatural que me arrastró por el aire recorriendo todos los vagones hasta llegar al antepenúltimo golpeándome con agresividad contra su puerta. Miré a través del cristal y con estupor pude observar como el abismo que había observado al inicio de mi pesadilla iba tragándose la vía al paso del tren en el que viajaba. Comencé a escuchar una algarabía de voces que parecían asustadas pero yo no podía ver a las personas que hablaban y gritaban. Ruidos metálicos rodeando mis oidos comenzaron a extremecerme…. El último eslabón del tren fue engullido por el abismo que nos perseguía. Comencé a dejar de respirar cuando el vagón que me separaba de aquella garganta tragona repleta de nada, antes de caer en sus fauces, explosionó lanzándome de nuevo por los aires con su onda expansiva. Comencé a perder la respiración, el aire que entraba por mi boca quedaba allí encerrado, pues el acceso al camino que debía seguir hasta mis pulmones estaba taponado…..
    Cuando estaba a punto de perder el conocimiento por la falta de aire, en mi garganta algo así como una punzada que parecía querer atravesarla me sacudió. Momentos después sentí alivio, al mismo tiempo que noté como mi cuerpo era aprisionado con suavidad.
    Sin abrir los ojos pude comprobar que seguía inmóvil. Ahora, ni tan siquiera podía mover la cabeza. Estaba tumbada, mis brazos permanecían pegados a mi cuerpo pero ahora sentía dolor por cada rincón de mi fisonomía. El olor a quemado y a maleza empapada de lluvia invadió mis glándulas olfativas. Mis oídos podían distinguir el sonido del fuego al arder, y las voces que antes había escuchado volvían a hacer acto de presencia. Abrí los ojos lentamente. Aquel tren del terror había desaparecido, ya no me encontraba entre las paredes de vagón alguno. Tras un breve suspiro involuntario, mis párpados volvieron a caer y una sensación de bienestar envolvió mi cuerpo.
    - Realmente ha sido un milagro -dijo una voz-. Su estado es crítico. Ya le hemos inmovilizado y además hemos tenido que practicarle una traqueotomía de urgencia. El fuerte temporal complicó sin duda la circulación en las carreteras y la visibilidad. Después de haberse bebido unos cuantas cervezas y de saltarse el paso a nivel, se quedó con su coche atascada entre las vías. El comboy marchaba a velocidad reducida ya que la estación estaba próxima … A pesar de su estado de embriaguez, salió del coche con la rapidez suficiente de salvar su vida. Debió ser angustioso para ella y probablemente mantendrá la imagen del tren a punto de arrollarla bien instalada en su retina durante mucho tiempo. No pudo evitar que la onda provocada por la velocidad del paso del tren y la colisión le lanzaran por el aire cayendo en las vías del lado contrario….