martes, 29 de marzo de 2011

El precio del éxito -- Desenlace


    Avanzaban sorteando obstáculos y con una precaución extrema incluso con cuidado de no levantar sus voces.  Sabían que un movimiento fuera de lo normal o alguna vibración de cualquier índole podría desestabilizar la frágil y deteriorada estructura que exploraban. Transcurridos unos minutos, una serie de luces ovales resurgieron derrepente plantándose ante sus miradas. Se entrecruzaban y emitían el sonido de risas transmitiendo al mismo tiempo sensaciones gratas.  Poco a poco fueron tomando forma hasta poder dilucidar siluetas humana e instantes después, tres puntos más de luz aparecieron de la nada. Se transformaron en segundos dibujando perfectamente los cuerpos de tres hombres. Rafa con su cámara no perdía detalle. Ante sus miradas se interpretaron la serie de escenas que en su día constituyeron una terrible realidad, la muerte de seis excursionistas a manos de un cocinero ido y de dos vasallos que alimentaron su locura. Cuando los lamentos y gritos de terror tiñeron el ambiente de sangre ennegrecida, las siluetas ahora bien definidas de los que debieron ser los asesinos sangrientos del grupo de excursionistas, comenzaron a revolverse desprendiendo energía y con ellos, el techo que se cernía sobre ellos y las pocas paredes que quedaban en aquella planta comenzaron a temblar. Una voz distorsionada penetraba por sus oídos de forma tan estridente que les obligó a taponarlos con sus dedos. Una y otra vez les repetía que ser marcharan del lugar. Juanjo, desde abajo, había recibido los destellos de aquellas escenas y gritaba a sus compañeros desesperado intentando atisbarles por el agujero que reinaba en el techo de la sala donde se encontraba. Después de gritar sus nombres en varias ocasiones, oyó la voz de Rafa que vociferaba diciéndole “ ¡¡¡ hay que abandonar este lugar, Juanjo !!! ¡¡¡ Sal !!!!. ¡¡¡ nosotros estamos bajando !!! Acto seguido pudo comprobar como una pequeña parte del suelo de la planta superior se desprendía empujada a su vez por los muros que acogían a sus amigos. Después, el silencio y los escombros esparciendo polvo. Unos minutos de quietud ……
    Juanjo, invadido por el miedo pensó que sus compañeros ya estarían fuera y al dar media vuelta para echar a correr, tres luces aparecieron ante su vista. Al pararse los temblores y los movimientos pensó en quedarse unos minutos más confiando en que no volvieran a repetirse. Así, mientras el equipo grababa y podría llevarse más material. Además quería vivir en primera persona lo mismo que sus compañeros intuía habían vivido en el piso de arriba.. Derrepente escuchó gritos y voces y acto seguido pudo oir como arrancaban la furgoneta y el sonido de salida del vehículo a gran velocidad. ¡¡ eeeeeeeeh, grito !!! ¡¡¡ no me dejéis aquí !!!. Se palpó el cuerpo intrigado intentando encontrar la llave del vehículo ... ¡¡ qué demonios, me dejé las llaves puestas !!!. Cuando volvió su cuerpo para llevarse lo imprescindible se topó con sus tres luces ahora teñidas de rojo sangre, que se acercaban a él enredándose entre su equipo de grabación. Hablaban entre ellas, pero él no podía entenderles hasta que, en un momento dado, pudo discernir las palabras de la figura más grande que en centésimas de segundo se plantó muy cerca de él mientras las otras dos cobijaban sus espaldas … “márchate de aquí si quieres conservar tu vida, este edificio está maldito y caerá sobre ti. Véte”. Dejándolo todo dentro, y con el inicio de nuevos movimientos, salió corriendo aterrorizado. Afortunadamente estaba en la sala contigua al sótano, y aunque aquél espacio por el que habían entrado estaba en tan mal estado, era su única salida.
    Una vez fuera, cayó al suelo superado por la situación y trató de recuperar el aliento perdido. Acto seguido, vió como parte del tejado caía sobre la última altura repercutiendo a la planta baja. La estructura exterior del edificio se mantuvo y justamente, el derrumbamiento se encadenó en el lado contrario del que momentos antes había estado él apostado con todo su equipo. Desconsolado, tomó su móvil y comenzó a llamar a sus traidores compañeros pero todos aparecían desconectados. Después de intentarlo varias veces y de maldecirles, decidió llamar a Alvaro, ese jefe que ignoraba su aventura y que sin duda iba a convertirse en un volcán en erupción desparramando toda su ira.
Se quedó dormido vencido por el terror, el esfuerzo físico y el abandono de sus amigos, entre la maleza que antecedía al hospedaje.
    - ¡¡¡ Juanjo, despierta, Juanjo !!! … le ordenó una voz.
Cuando abrió los ojos la desorientación le hizo pronunciar palabras sin sentido. Después de unos instantes recuperó la noción de la realidad. Su jefe estaba frente a él con el ceño fruncido y una mirada que daba más miedo que las almas que durante la noche se habían encontrado con él.
    - ¡¡¡ Definitivamente, estáis locos !!! dijo. A veces me averguenzo No entiendo como mi hermana pudo casarse contigo. Y todavía no sé como pude hacerte hueco en la empresa. No localizo a tus compañeros … no me cogen el móvil, ¿dónde diablos fueron?.
    Juanjo le miró desconcertado negando con la cabeza y encogiéndose de hombros.
    - Al menos el equipo estará a salvo ¿verdad, Juanjo?, ¿se lo llevaron? ¿dónde está ? Preguntó enojado
Su empleado volvió a negar con la cabeza y haciéndole con ella un gesto le indicó que el equipo seguía dentro.
    - El equipo está ahí dentro, dijo Juanjo. Pude grabar, en este albergue hay fuerzas, fuerzas amenazantes con muy mal genio … pero Rafa, con la cámara auxiliar también pudo recoger desde el primer momento en que entramos en el edificio, imágenes y sonidos. Además mientras yo montaba todo en la planta baja, ellos arriba, vivieron algo extraordinario y no creo que Rafa perdiera la oportunidad de grabar. Supongo que esa cámara se fue con ellos. ¡¡ malditos sean !!!. Me la han jugado.
    - ¿ Acaso crees que no sé lo que pretenden ?, hace tiempo que a Rafa le viene siguiendo nuestra competencia más directa. Todo lo que ha emprendido ha tenido éxito, es un puñetero genio, y ese canal que anda detrás de él lo sabe. Sé que ha tenido reuniones con ellos. Creo que quería llevarse a su equipo, quizá era esa su condición y probablemente al final la hayan aceptado o puede que fuera otra y llevado por la rabia y el odio que me profesa, Rafa haya claudicado a sus propias exigencias y ahora mismo esté negociando con la cámara en la mano. Y si esto saliera mal, mejor que mejor para él, me buscaría la ruina, pues yo sería el responsable En algún momento tenían que desprenderse de ti, eras un estorbo para él y para el resto, pero había que hacerlo después de tener algo importante. ¿En qué estabas pensando al acceder a sus locuras? Debiste informarme Juanjo.
    - No te preocupes, contestó Juanjo obviando la última frase de su jefe, si el equipo no falló, también puede haber algo interesante en las grabaciones. No todo está perdido, tendremos con lo que competir. Probemos a entrar, la habitación donde estaba yo apostado se ha librado del derrumbe, pero tenemos que entrar por el sótano. Será peligroso, ¿crees que merece la pena intentarlo?. Esperemos que ningún escombro haya salido volando y haya aplastado el monitor.
    Curiosamente el equipo seguía encendido. Envuelto en una capa gris y salteado con pequeñas piedrecitas, afortunadamente, se erguía entre la extensa nube de polvo. Juanjo, paró la máquina y volvió a secuencias anteriores. Entre interferencias, la pantalla dejó dilucidar las imágenes. En ese momento, el móvil de Alvaro sonó y la voz al otro lado de su secretaria le informaba de que habían detenido a dos fugitivos, autores de un atraco a mano armada que estaban en busca y captura, en el interior de una furgoneta, de la que le facilitó la matrícula, que pertenecía a la empresa. Alvaro soltó el teléfono atónito no sólo por las palabras de su interlocutora sino también por las imágenes que Juanjo acababa de encontrar. Tres luces se aproximaban. Ajustó el volumen del sonido en las frecuencias oportunas. Cuando el oval de luz más grande se acercó a la cámara del equipo la silueta espectral de Rafa apareció transformando el oval de luz al tiempo que se podía escuchar: “márchate de aquí si quieres conservar tu vida, este edificio está maldito y caerá sobre ti. Véte” .

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